Esta vez, dejamos atrás el calor de Santiago y nos aventuramos a Pirque para una mañana
campestre que fue simplemente maravillosa.

Disfrutamos de una demostración de caballos, un exquisito almuerzo y, lo más especial,
momentos que nos llenaron el alma. Algunos decidieron dejar salir a su niña interior y
decidieron columpiarse, regalándonos una muestra inspiradora de alegría y vitalidad.

Sigamos viviendo cada aventura con tanta energía.